¿Qué es la energía solar fotovoltaica?

La energía solar fotovoltaica es una energía renovable que se obtiene directamente de los rayos del sol, principalmente gracias al efecto fotoeléctrico de una lámina llamada célula fotovoltaica. Sus principales usos son para alimentar varios aparatos autónomos, para abastecer casas aisladas o refugios y para producir electricidad para diversas redes de distribución. Los paneles fotovoltaicos se componen de un cristal superior y un cierre inferior, entre los cuales queda encapsulado el sustrato conversor y las conexiones eléctricas. La lámina inferior puede ser transparente, aunque lo más frecuente es utilizar un plástico de tedlar.

La corriente eléctrica que generan los módulos fotovoltaicos se puede transformar en corriente alterna mediante unos aparatos llamados inversores solares y que se conectan a la red eléctrica. En muchos lugares se conceden subvenciones para comprar este tipo de aparatos y que la generación de energía solar sea más viable. Conviene destacar que actualmente una cuarta parte de la población mundial no tiene acceso a la energía eléctrica.

El proceso de obtención de la energía solar fotovoltaica y la posterior generación de energía eléctrica comienza generando energía a bajas tensiones y en corriente continua, la cual se transforma con un inversor solar en corriente alterna. Una vez transformada, puede elevarse a media tensión gracias a un centro de transformación. En lugares aislados donde el acceso a la red es difícil y se requiere poca potencia eléctrica, se emplean placas fotovoltaicas como alternativa, y además son económicamente más viables.

La energía solar fotovoltaica se utiliza también para alimentar aparatos como sensores, calculadoras, satélites, transmisores aviones o señales viales. Usando paneles solares se puede también producir electricidad para las redes de distribución, un proceso que se comenzó a realizar en lugares como Japón y Alemania y más tarde llegó a España. Actualmente se utiliza ya en muchos países.