Cómo se limpian los paneles solares
Artículo revisado por el Comité
Cada tres o cuatro meses debemos limpiar las placas solares de nuestra casa, pero ¿sabes cómo hacerlo? Aquí te lo explicamos.
El mantenimiento de los paneles solares suele ser, en la mayoría de los casos, bastante sencillo, pues, salvo problemas, solo será necesario realizar una limpieza de los mismos cada cierto tiempo.
Da igual el lugar donde nos encontremos, pues tendremos que limpiarlos para que funcionen como es debido. Lo único que cambia es la frecuencia con la que lo hagamos: si nuestra casa se encuentra junto a una carretera y los paneles solares están expuestos a la contaminación del humo de los coches, lo recomendable es que los limpiemos a menudo. En cambio, si estamos en un espacio rural, alejado de la contaminación, y lo único que puede ensuciarlos son las hojas y el polvo del campo, lo normal es que entre una limpieza y otra pase más tiempo, unos tres o cuatro meses. A ello debemos añadir que la lluvia ayuda a mantener limpios los paneles, pues retira las capas de polvo y suciedad que pudieran haberse acumulado sobre su superficie. Por ello, también incidirá en la frecuencia si estamos en un lugar seco o si, en cambio, durante los meses de otoño e invierno suele llover bastante.
¿Cómo limpiar los paneles solares?
Los paneles solares son placas que captan la luz procedente del sol para producir energía que podemos usar en nuestra casa. Por tanto, el material del que están realizados los paneles, vidrio, es muy sensible y no puede limpiarse con cualquier producto o utensilio. Es necesario prestar atención a varios aspectos para que ese vidrio no se raye y haga su función debidamente.
Estos aspectos son los siguientes:
- Elegir jabón neutro que no sea abrasivo. Nada de limpiacristales ni de productos de limpieza al uso que podrían deteriorar la superficie de las placas. Si tiene mucha suciedad y restos de grasa, podemos hacer uso de alcohol isopropílico, que diluiremos en un poco de agua y aplicaremos con una bayeta para desincrustar esa suciedad más resistente que no sale con agua y el jabón neutro.
- Emplea paños o gamuzas suaves que no dejen hilos, pelusas… y que no arañen el panel. Por supuesto, nada de estropajos ni bayetas fabricadas con materiales abrasivos. Podemos emplear una esponja suave para aplicar el agua con jabón y después secar con un trapo también suave.
- No uses agua con cal. El problema de las aguas duras es que, cuando se seca, deja marcas sobre el cristal. En el caso de los paneles solares, estas manchas podrían afectar a la captación de luz solar para generar energía, por eso es importante que no se queden restos de jabón ni de agua sobre su superficie. Si el agua del lugar en el que residimos tiene mucha sal, como en el caso del litoral mediterráneo, por ejemplo, lo aconsejable es que empleemos agua mineral para limpiar los paneles. De este modo, evitaremos que se queden restos de cal.
- Puedes ayudarte de una manguera, pero con cuidado. Los profesionales especializados en la instalación y el mantenimiento de placas solares desaconsejan emplear accesorios que emplean agua a presión para limpiar las superficies de los paneles, pues podrían crear grietas o afectar a la resistencia de la placa. En cambio, sí se puede emplear una manguera con cuidado, prestando atención en todo momento de la cantidad de agua que sale de ella, pues esta debe ser mínima.