Sol, viento y lluvia, fuentes de energía de los paneles termodinámicos

Traducido en la elaboración de los llamados paneles solares termodinámicos, este método de almacenamiento y aprovechamiento de energía natural es ideal para abastecer la mayor parte de las necesidades energéticas de una vivienda, como por ejemplo el calentamiento del agua sanitaria o la producción de calor para mantener la temperatura del inmueble.

Se trata de una excelente combinación energética derivada de la unión de las bombas de calor y de los paneles solares, obteniendo de su fusión la energía suficiente para abastecer al hogar de agua caliente y de calefacción. Esta forma de generar energía se caracteriza principalmente por la incorporación de una bomba de calor de expansión directa, en cuyo interior circula un potente refrigerante que está capacitado para captar y extraer el calor del medio ambiente y trasladarlo al agua.

La instalación se completa con la colocación de unas placas solares especiales, que utilizan el ambiente como foco de frío y absorben constantemente su temperatura, haga calor, sople el viento o incluso llueva. De la variación térmica que se produce entre la sustancia refrigerante de la bomba y este circuito termodinámico nace el aumento de temperatura que puede convertir a nuestra vivienda en un lugar cálido y acogedor.

Además de ser mucho más pequeños, manejables y ligeros de peso que las placas solares habituales, una característica que facilita su adaptación al entorno doméstico, los paneles termodinámicos no dejan de funcionar ni en los períodos de menos luz ni en las estaciones más frías del año, trabajando continuamente las 24 horas del día y los 365 días del año. De ahí que resulten muy resistentes a cualquier tipo de agente externo, como por ejemplo la lluvia o el viento, convirtiéndose en un excelente generador de combustible sostenible que puede incluso almacenar energía durante la noche.