España supera en más de un 12% las emisiones pactadas en el Protocolo de Kioto
Artículo revisado por el Comité
El calentamiento global que ha derivado de las actividades que el ser humano ha desarrollado durante años es "inequívoco", tal y como afirman desde el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático. Aunque hay gobiernos –entre ellos el español- que consideran que aún existe un "conocimiento científico incierto" respecto a las consecuencias reales que tiene.
El calentamiento global que ha derivado de las actividades que el ser humano ha desarrollado durante años es "inequívoco", tal y como afirman desde el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático. Aunque hay gobiernos –entre ellos el español- que consideran que aún existe un "conocimiento científico incierto" respecto a las consecuencias reales que tiene.
Tal vez por ello, las políticas actuales no contemplan medidas concretas dedicadas a mitigar ni el calentamiento ni los efectos que, no obstante, la comunidad científica sí confirma como reales y causados por este problema medioambiental.
De momento, lo que sí se está llevando a cabo es, y tal y como se firmó en 1997 en el Protocolo de Kioto, un control en la emisión a la atmósfera de los gases de dióxido de carbono (CO2), uno de los principales causantes del efecto invernadero.
Según este acuerdo, España sólo podía incrementar sus emisiones un 15% entre 2008 y 2012 respecto a 1990, pero realmente han aumentado casi en un 28%, lo que supone un exceso de 193 millones de toneladas de CO2.
Así, y para evitar la sanción que podría imponerle la comunidad internacional por este hecho, el Gobierno ha comprado los conocidos como derechos de emisión a Polonia. Es decir, puesto que el país del este europeo no llega a las cuotas de emisión máximas concedidas, España –al igual que se ha hecho en otros países que excedían la cuota permitida- ha adquirido el porcentaje restante para no ser multado.
Sin embargo, las voces más críticas con esta actuación consideran que la solución no es hacerse con estos derechos, sino haber invertido el montante gastado –que casi alcanza los 800 millones de euros en estos cuatro años-, por ejemplo, en un mayor desarrollo de las energías alternativas.
Unas energías que, incluso, están sufriendo varapalos como la moratoria en los subsidios, pese a que se considera que se trata de una alternativa viable a otro tipo de combustibles, especialmente en un país como España que, como ha quedado demostrado en diversos estudios, cuenta con la ventaja adicional de disponer siempre e inagotablemente de “materias primas” como el sol y el viento.
Foto: Sistema hidráulico solar