Estufas de pellets: una calefacción ecológica
Artículo revisado por el Comité
Además de favorecer la reducción de emisión de CO2 a la atmosfera, la combustión de pellets resulta mucho más económica, limpia y segura que el resto de combustibles del mercado.
Por dicho motivo, en favor del amparo de nuestro planeta, se ha puesto de moda un sistema de calefacción ecológico que protege la atmosfera gracias a una emisión de dióxido de carbono controlada y respetuosa. Las estufas de pellets, que aprovechan la combustión natural de la biomasa, son una opción excelente para conservar el calor en el interior de la vivienda sin provocar un mayor derroche energético.
Se trata de una serie de pequeños cilindros fabricados a partir de madera residual, virutas y serrines, provenientes en la mayor parte de los casos del sector agrícola e industrial, aunque también pueden obtenerse de los deshechos producidos a nivel urbano y municipal. Una vez prensados, gracias a su elevado poder calórico, se convierten en una excelente fuente de producción de energía térmica. Además, debido a la baja presencia de humedad que presentan, pueden almacenarse en espacios pequeños y reducidos.
Este derivado de la biomasa puede adaptarse tanto al uso en calderas como en estufas, produciendo tras su combustión una cantidad muy reducida de residuo en forma de ceniza. De ahí que las labores de limpieza a fondo puedan posponerse durante todo el invierno y esperar hasta la llegada de la temporada veraniega. Tanto las estufas como las calderas que son propulsadas a base de pellets cuentan con un sistema de funcionamiento totalmente automático. Éste puede programar los horarios en los que se quiere activar la calefacción e incluso mantener la temperatura ambiente durante el período que se precise. En cuanto a la instalación se refiere, ésta únicamente requiere tener acceso a una salida de humos. En general, las estufas de pellets suelen colocarse para aumentar la calidez de una sala o de una habitación. En estancias o espacios más grandes, la instalación requiere de una sala específica destinada exclusivamente a la caldera.
Además de favorecer la reducción de emisión de CO2 en la atmosfera, la combustión de pellets resulta mucho más económica para el bolsillo, ya que depende de la reutilización de los residuos agrícolas y en ningún caso se ve afectada por el aumento del precio del gas o el petróleo. Por otro lado, ni produce olores ni presenta riesgos de explosión, características que la convierten en una opción segura, limpia y saludable para el medio ambiente.