Cómo usar los suelos radiantes
Artículo revisado por el Comité
Qué son los suelos radiantes y cómo funcionan
Un suelo radiante es el sistema de calefacción por agua caliente o por hilos de fibra de carbono que emite calor por la superficie del suelo. En los sistemas que emplean agua, el calor se genera en una caldera y se conduce mediante tuberías que están empotradas bajo el pavimento de los locales, mientras que en la calefacción por fibra de carbono el calor se genera por medio de unos filamentos de carbono que están instalados bajo el suelo.
Para la construcción de suelos radiantes se utilizan tuberías de agua, normalmente plásticas o cables eléctricos que se distribuyen sobre el forjado y se interpone un aislante térmico para evitar que el calor se disipe hacia una planta inferior. Una vez instaladas las tuberías, se pone encima una capa de cemento, arena y solado, el cual es recomendable que sea de un material que no aisle mucho el calor, como la piedra o la baldosa cerámica o hidráulica y nunca de madera o moqueta. Algunos sistemas son de aplicación directa y no necesitan la capa de cemento y arena.
Los principales elementos que componen el suelo radiante son:
- Tubo de plástico: Es un tupo de polietileno de alta densidad y aseguran una gran regularidad dimensional.
- Placas de aislamiento.
- Aislamiento periférico: Necesario para separar la placa base del suelo radiante de los tabiques.
- Grapas de fijación: Útiles para sujetar el tubo a las placas de aislamiento para impedir que éste se mueva de su posición.
- Conjuntos de distribución: Los circuitos que se han formado con los tubos de polietileno van unidos a un colector de ida y a otro de retornos. La tubería multicapa es la mejor opción para realizar estos circuitos.
Para conseguir calentar una casa con un radiador normal hay que tener la temperatura a unos 70ºC, mientras que el suelo radiante necesita únicamente 40ºC para conseguir la misma temperatura ambiental.